El estar en casa sola siempre me entristecía, cada vez que me tocaba estar encerrada sin poder salir y hablar con alguien me sumía en una profunda depresión.
Esta sensación la borró el trabajo, no tenía tiempo de sentirme sola. El tráfico y el cansancio no me permitían sentirme vacía.
En el 2020 creí que me volvería loca entre tanto encierro, fueron 2 años de estar confinandos sin poder ver a nadie por miedo a contagiar o ser contagiados.
La pandemia nos trajo el trabajo remoto que hace que tengamos más tiempo en las noches ya que nos evitamos el tráfico de los viajes diarios y el cansancio que eso nos produce. Ese tiempo a estas alturas hace que me vuelva esa sensación de vacío. Sentir que eres invisible mientras todos hacen su vida.
Ya no miro las calles por la mirilla de la puerta, ni observo a las personas pasar por horas. Hoy hay otras formas de observar: Las redes sociales.
Y nuevamente me siento aislada del mundo, de las personas, de la vida. Nuevamente veo el mundo girar sin mí a las personas hacer su vida y yo estoy sentada mirando sola con ese profundo pesar en el pecho, con la sensación de vacío y soledad. Con las ganas de ser feliz como los demás pero sin mucha esperanza al futuro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario