miércoles, julio 15, 2015

El punto final

Cuando llegué a su casa ya estaba decidida. Me miró, sonrío y me hizo pasar, creía que esta vez sería una visita como cualquier otra. Esta vez no era así, hace ya algunos meses que había dejado de ser así.

Me hablaba sobre sus cosas y me contaba sus novedades pero yo solo pensaba en cómo empezaría a decirle todo lo que había practicado decirle cuando estaba a solas. La familiaridad con la que me hablaba y lo bien que me sentía junto a él me hizo pensar en que tal vez debería olvidarme el tema. No lo podía hacer.

Él notó mi distancia y me lo hizo saber, yo no tenía otra opción que terminar con todo lo que me había estado haciendo mal desde hace unos meses. Él, una vez más trató de defenderse con mentiras, yo esta vez no quería hacerlo sentir culpable. Dije solo una palabra y no pudo seguir sosteniendo su mentira, era muy malo con las mentiras cuando se las descubrían.  

Entonces empecé a decir las palabras más dolorosas para mí pero las que más me han enorgullecido en toda mi vida, palabras que nadie podría refutar y la conversación se convirtió en un monólogo:

“He entendido que esto debe terminar, te mentiría si te digo que es lo que quiero hacer y que me siento bien. No es lo que quiero pero es lo que debo hacer. Me he dado cuenta que tú estás buscando algo que yo no te puedo dar, que has llegado a una etapa donde quieres vivir nuevas cosas y aunque sientas que me quieres no puedes hacer todo lo que quisieras. Así, solo me siento un obstáculo en tu vida y no puedo seguir así”.

Mis palabras fluían con lágrimas en los ojos y hablaba lento muy lento, ya no tenía muchas fuerzas para pelear, ya solo me quedaba el dolor.

“Creo que nadie es culpable, a veces así se dan las cosas. Yo podría seguir así contigo pero tú solo estás a mi lado por pena, te veo inquieto, siento que necesitas estar libre y yo no puedo permitir que sigas buscando a otra estando a mi lado. No puedo permitir que nadie me humille de esa manera. También lo hago más por mí que por ti”.

“Seguramente, en unos meses se me pasará y conoceré a alguien como siempre ha pasado y esto habrá parecido un mal sueño. Gracias por haberme hecho sentir bien, gracias a tu familia por haberme acogido tantas veces”.

“Te voy a pedir que no me llames ni busques, porque no es fácil para mí desligarme de todo esto, por ahora no podemos ser amigos, solo me haría sentir peor, no quiero enterarme de tus cosas por ahora. Me tengo que ir a casa, ya dije todo lo que tenía que decir. Gracias”.

Cuando salí de allí, no podía ver nada, tenía los ojos llenos de lágrimas no quería que él me viera limpiarme los ojos hasta alejarme de allí. Caminé hasta la esquina, me limpié y esperé el bus que ese día llegó como si fuera mi cómplice, llegó justo a sacarme de ese lugar y llevarme muy lejos.

Me senté en el asiento frío y duro de la línea 46 y lloré mientras veía las calles tan grises como todo en Lima. Mientras recorría mi ruta pensaba en qué sería de mí ahora, qué haría sola en una ciudad tan fría, qué haría sin un lugar donde vivir, qué haría sin dinero. Y todo me pesaba cada vez más en el alma, lo único que no me pesaba era la decisión que tomé.

jueves, julio 09, 2015

LAS PÉRDIDAS


Dicen que cuando uno deja este mundo al final todo sigue igual contigo o sin ti. Pero creo que hay algunas personas que realmente afectan al mundo con su partida.

Muchas personas han muerto el año pasado y muchos personajes que eran mis favoritos y que me causó un gran shock el saber su partida. GABO a quien siempre admiré se nos fue y pensé que nunca más volvería a leer un libro nuevo suyo…pero ahora pienso que hace mucho que no sabía de él.

Cerati murió y pensé que ahora si murió la pequeña esperanza de escucharlo cantar una vez más…ahora pienso que Charly y Calamaro siguen vivos aún, todavía me quedan algunos más.

Chespirito murió y fue la tristeza más grande que pude sentir por alguien a quien no conozco personalmente. Sentí ese día que me quedaba sin fuerzas y que a mi querido chavito no lo volvería a ver en una entrevista o un homenaje. Siempre escucharlo era algo novedoso para mí.

Llegué a casa y solo quería estar echada viendo televisión y no sabía bien porqué, pero tenía ganas de llorar. Era como sentir pena sin saberlo, el no saber por qué estás triste elimina la parte desgarradora de una pérdida pero te deja la sensación de que algo no está bien contigo.

Recordaba a Don Ramón y lo mucho que aún se siente su partida pese a que cuando pasó yo era todavía muy chica, era tan niña que pensaba que había muerto por las cachetadas de doña Florinda.

Hoy los dos favoritos de mi serie de toda la vida ya no están, esa serie que puedo repetirla al compás de la televisión palabra tras palabra y que nunca me cansaré de ver. Esa serie que ha hecho reír a mi pequeño quien también ya colecciona sus videos.

Hoy, ya con más paz en mi corazón sigo lamentando su partida, sigo creyendo que en estos tiempos es menos probable que vuelva a nacer alguien como él, se acabó para siempre. Pero en mi casa siempre perdurarán los videos y un televisor sintonizando El Chavo.

jueves, junio 04, 2015

MI PEQUEÑO SUPERHÉROE


Hace cinco años, no podía imaginar lo que sería de mi vida. Hace cinco años tenía una inmensa barriga que todos admiraban y que yo llevaba como quien lleva una tarea por cumplir.

Mientras armaba su cuarto, su cuna, su ropa pensaba en cómo sería y en cuando lo empezaría a querer como esas mamás que de solo ver su ecografía lloran como si se les hubiera muerto alguien.

Trataba de imaginar cómo sería su cara, su cabello veía las fotos de los bebés en los pañales, miraba su ropa tan pequeñita, su cuna, sus pequeñas almohadas y leía todos los días mis folletos sobre cómo haría cuando lo tuviera en casa.

Leí mucho sobre sus llantos y todos los trucos para calmarlo, leía sobre cómo hacerlo dormir en su cuna y evitar la muerte súbita, leí sobre cómo bañarlo, cómo arrullarlo para dormir, sobre cómo amamantarlo, me leí todos los tips que tenía que hacer hasta que cumpliera un año, luego los folletos se hicieron más resumidos. Todo sobre su niñez hasta los cinco años estaban en un solo folleto. Y yo me preguntaba ¿y qué más? Quería saber todos los detalles de lo que sería tener un hijo.

Poco me importó todo lo que leí sobre el parto, con todo lo que había aprendido creí que estaba lista para ese día, me intrigaba más el bebé.

Entre más se acercaba el día, más me inquietaba porque sabía que pronto lo vería durmiendo en esa cuna que tanto admiraba todos los días. Sin embargo, me preocupaba no poder sentir amor por ese bebé, solo sentía curiosidad por verlo.

Cuando llegó no podía creer que fuera para mí, lo miré muy cansada y lo escuché llorar pero era como si no fuera mío. Cuando llegó a mi cuarto vestido con su enterizo celeste a rayas me di cuenta que era muy bello, pero yo solo quería dormir. Conforme fueron pasando los días lo iba viendo cada vez más hermoso y cada vez lo sentía más mío. Hasta que llegó el día en que no me pude separar más de él.

Abrí los ojos a la maternidad y lo amé de una forma inimaginable y empecé a pensar lo que toda madre piensa de su hijo: Es tan perfecto.

Aunque yo quería una mujer mi bebé era el más perfecto de todos los bebés, dormía toda la noche, se dejaba bañar tranquilo, tomaba su leche tranquilo, tomaba sus siestas 02 veces al día. Entre más crecía más lo amaba y mi vida empezó a girar en torno a él. Cuando alguien llegaba a visitarme no me importaba lo que hablaran, mis ojos no se despegaban de él y me inquietaba que nadie mirara sus gracias.

Cada mes lo celebré en casa hasta que llegó su ansiado primer año, aunque él no entendía nada yo me desvivía en celebrar sus cumpleaños. Cada año lo celebré de la forma en que podía y este año no fue la excepción.

Hoy con cinco años me sigue impresionando esa pequeña personalidad que va formando y me sigue pareciendo tan perfecto. Me gusta que vea el Chavo conmigo, me encanta que diga sus frases ocurrentes, adora mis dibujos y yo lo adoro más a él.

Son cinco años en los que aprendí que todos podemos ser mamá cuando tenemos un bebé en brazos. Todos cometeremos los mismos errores, todos tenemos el mismo miedo pero cuando existe amor en un corazón puede nacer una MAMÁ.

martes, marzo 17, 2015

Días tranquilos.

En estos días me he sentido tranquila. Demasiado para mi gusto. Como si hubiera vuelto al año 2008 y he recordado muchas cosas. Recuerdo que iniciando ese año algo se rompió dentro de mí y nunca más volví a sentir...no sé si esta bien la palabra apego, pero si lo esta la frase era: nunca mas volví a sentir apego por nada (La película de machín me arruinó la frase).
Ese año viví un episodio oscuro en mi vida pero uno de los más felices. Y de no haber sido por esa falta de "apego" hubiera terminado en tragedia.
También conocí a alguien que por mi falta de "apego" me dejó. Nunca nadie me había dejado pero gracias a esa falta de apego no me di ni cuenta que se fue. Si no fuera porque una vez me llamó en la madrugada no recordaba que se había ido de mi vida. Así de "desapegada" estaba.
También recordé un reencuentro con un amigo ese año, fue muy divertido y conté más de la cuenta.
Esa ruptura dentro de mí me ayudó mucho en la vida, al final quien provocó eso solo me hizo un favor.
Nunca antes me había divertido tanto, tanto tanto que perdía el conocimiento. Nunca antes había conocido a tantas personas a las que ya no recuerdo. Pero sobre todo nunca había sido tan fuerte emocionalmente y tan desapegada a todo.
Hoy a lo único a lo que no me puedo despegar es a mi hermoso hijo...hasta que èl se despegue de mí.