sábado, febrero 08, 2014

El amorcho (tercera parte)

El amorcho (tercera parte)

Es el tercer post que escribiré sobre el amorcho y aún no he contado porque terminó con esa denominación. Haré un paréntesis antes de empezar mi tercera historia:
Un día viendo una serie llamado “Mi problema con las Mujeres” vimos a un personaje llamado “Carolina” que era una de las mujeres de su historia y la personalidad de Carolina era la de una mujer creyente de que la felicidad es una familia llena de hijos y tenía una forma empalagosa de tratar a su novio siempre le decía “amorchis” como siempre he detestado tanto esas expresiones tan irritantes de cariño al amorcho no se le ocurrió mejor manera de llamarme por molestarme que decirme “amorchis” y entre tanto y tanto le dije un día “está bien amorcho” noté que no le gustó así que así se quedó como mi amorcho y cuando nació nuestro pequeño hijo terminó siendo el “amorchito”. Por cierto él nos nombra a todos como “amorchis, “amorcho” y “amorchito”.
Regresando al tema, el amorcho y yo pese a muchas situaciones difíciles que pasamos cuando empezamos a salir juntos vivimos un romance de película que duró aproximadamente 02 años, el equivalente a las dos horas que duran las películas en horas cine.
Luego de casi dos años juntos, cada día que pasaba a su lado me enamoraba más y más de él hasta que llegó un momento en que lo quise más a él que a mí. Todo mi pensamiento giraba en lo que le gustaría, en lo que le enseñaría que había aprendido o conseguido, en la nueva música que seguro le gustaría en las historias que le contaría de todo lo que había visto y no me di cuenta que él cada vez estaba más distante de mí. Dicen que le amor es ciego y es cierto.
Un día noté que él ya no me quería como antes y me costó aceptarlo. Empezaron las peleas a sospechar cosas que me hacían ver una loca y me sentía como una loca de verdad. No podía saber si era cierto su cambio o eran ideas mías. Cuando estaba segura que ya no me quería y le pedía que me lo dijera me decía que no era cierto y me confundía mucho, además porque en el fondo eso era lo que yo quería creer aunque sabía que le que mentía era él.
Sospeché que había estado saliendo con aquella amiga del primer post y esta vez sí lo noté enamorado. Pero no sabía cómo decirle eso porque me avergonzaba mucho. Pero un día me armé de valor y se lo dije, se molestó conmigo y lo negó luego me dijo algo que se quedó grabado en mí hasta hoy ya que nunca nadie me había dicho algo así. “Te quiero, pero ya no es igual, es un cariño más de familia” elegantemente estaba terminando conmigo porque ya no me quería.
Entendí porque muchas chicas que conocí, lloraban y sufrían tanto cuando sus enamorados las dejaban. Era como si te dejaran sin futuro porque ya tenías tantos planes con esa persona hasta que de lo que harías la siguiente semana y ya no sabías nada ni siquiera qué hacer contigo.
Aunque sus palabras me dolieron quise ser fuerte e irme para siempre, pero él me detuvo para intentar borrar todo lo que dijo y que todo quedara igual. Para que no me insistiera tanto fingí que todo estaba bien, pero por dentro sabía que todo se había terminado, no me gusta que me tengan lástima.
Los tiempos no los recuerdo bien, solo recuerdo que nos vimos después él haciendo el esfuerzo porque todo sea como antes y yo dándome tiempo y fuerzas para dejarlo de una vez.
Después de mucho pensar y escribir y de no saber qué hacer decidí irme a casa de mi mamá con mi familia a pasar unos días, yo le tenía preparado una sorpresa para el Día de San Valentín desde casi un mes atrás y solo me quedó entregárselo porque ya estaba hecho y así despedirme de una vez.
Cuando estuve en casa de mi mamá me llamaba siempre como conmovido por el regalo que le hice, pero yo ya estaba decidida a no recibir más su lástima. Sin embargo, algo no encajaba sabía qué había alguien pero no lo podía saber y él nunca me diría la verdad, sentía que me volvía loca porque por un lado él me buscaba y por otro lado estaba segura que estaba enamorado de otra y estaba segura que era de aquella amiga. Luego pensaba que ella no podía hacer eso y hablarme como si nada pasara y si lo hacía ¿él sería capaz? Todo parecía tan confuso porque en ese momento yo confiaba en los dos y pensaba que los dos eran buenas personas.
Como fuimos novios por dos años y nos tuvimos tanta confianza yo sabía la clave de su correo, así que un día entré para saber si hablaba con ella pero no encontré nada. Luego recordé que tenía otro correo y entré y allí encontré todas las respuestas.
Lo que sentí es inexplicable, fue un alivio en saber que no estaba loca y que sí había algo detrás de todo y una desesperación al darme cuenta de lo que eran las personas que me rodeaban y que no las podía reconocer.
Sentí rabia con los dos por burlarse de mí, hubiera sido menos doloroso que me lo dijeran me hubiera quedado en el primer dolor y no hubiera tenido que pasar por el segundo.
El primer día lloré mucho de rabia por ser tan tonta y confiada. El segundo día me sentí mejor porque muchos amigos estuvieron a mi lado. El tercer día estuve más tranquila y ese día me tocó hablar con él. Las cosas ya habían cambiado ya no era él el que terminaba conmigo sino yo. Cuando dijo que estuvo confundido pero perderme lo había hecho reaccionar y darse cuenta que era a mí a quien quería me volvió el alma al cuerpo y quise seguir con él engañándome a mí misma para sentirme mejor.
Creo que él nunca tuvo tiempo de pensar y no pudo darse cuenta en realidad de lo que se siente perder a alguien, pasaron unas semanas y lo noté igual nuevamente. Tuve que tomar la decisión final por mi bien ya los demás no me importaban. Empecé a quererme nuevamente.

Así que fui a su casa y le dije que lo dejaba con sus cosas a que intente y viva las cosas que no puede vivir estando conmigo. Le di su libertad, algo que debí haber hecho hace mucho tiempo. Y esta vez sí me fui para siempre diciéndome a mí misma la próxima vez que lo vea será solo si él me busca.

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