Lo esencial es invisible a los ojos

Cuando lo recuerdo se me esboza una sonrisa por todas las cosas que siempre me decia, a veces hasta me hace sonrojar. Mis primeros recuerdos sobre èl era cuando yo tenia 13 años. Se me acercò y me pidiò una moneda para comprar cremolada, como era amigo de mi amiga se lo prestè, aun sin conocerlo. Hablamos un momento, pero no recuerdo sobre què y luego me firmò un cuaderno donde colocò la frase "Nunca cambies porque me parece que eres perfecta". Lo recuerdo bien porque mis amigas empezaron a molestarme mientras yo pensaba en porquè habìa escrito eso si casi no nos conociamos. Solo recuerdo que de lo poquito que hablabamos me cayò muy bien. Mi segundo recuerdo sobre èl fue cuando lo volvì a encontrar en la parroquia y le contè que habìa culminado la secundaria, nos preguntamos todo sobre nuestras vidas, hablamos mucho y me contò que habìa estado con alguien que le marcò la vida. Esa palabra me llamò mucho la atenciòn. La tercera vez que lo vi ya no fue la tercera vez sino la que yo recuerdo. Estaba con una amiga y èl empezò a dàrsela de galàn conmigo. Me cayò mal. Luego me enterè que estaba saliendo con esta amiga y yo no sabìa que se conocìan. Despuès de casi un año empezamos a entablar una amistad, èl empezò a ayudarme con mis tareas de la PRE y fuimos conversando cada vez màs. Mantuvimos una amistad màs frecuente por casi todo ese año, èl me caìa muy bien y yo tenìa un novio del cual casi nunca hablabamos. Yo me la pasaba siempre triste y èl siempre estaba allì para hablar. Pero un dìa lleguè màs triste que nunca y lo encontrè. Nos fuimos a un lugar a solas y le contaba lo cansada que me sentìa de todo y èl empezò a darme muestras de cariño, eso me gustò mucho. Luego me besò y aunque eso no lo quise permitir las cosas se fueron dando y me sentì muy mal porque me gustaba muchisimo pero tenìa novio. No queria ser una novia mala, nunca quise serlo pero lo fui y pensè en todas las consecuencias que ese beso traerìa, lo que pensarian de mì por hacerle eso a mi novio, lo que pensarìa mi amiga cuando se enterara de ese beso (ya no estaban juntos, pero yo creo que ella todavìa estaba ilusionada con èl) y rechacè todo y no volteè a mirar la consecuencia que tuvo ese beso. No lo volvì a ver, no nos volvimos a ver, nunca supe si lo lastimè. Luego de un tiempo lo encontrè y conversamos pero no continuamos la amistad. Mucho tiempo despuès nos volvimos a ver y retomamos la amistad sobre un tema ya superado, pero cuando empezamos a frecuentarnos nuevamente ese gusto renaciò y esta vez los dos estabamos solos en apariencia. Nuevamente me volviò a besar y esta vez no tenìa excusa porque como el mismo me dijo Esta vez no tienes a nadie. Lo pensè y arriesgué, la pasamos muy bien, cada vez que estaba con el era como si me escapara de la realidad, hasta que la realidad nos enfrentó y salieron novias y amigos heridos por esta relación. Optamos por separarnos pero él insistió tanto que retomamos todo. Pensé en dar todo de mí, en quererlo como él me quería ya que después de tantos años todavía se interesaba en mí. al fin y al cabo él me hacía sentir muy especial y en conjunto nos sentiamos muy especiales los dos. Se quedaba conmigo, me buscaba, me besaba con tanto amor hasta que me dijo...tú sabes que yo no estoy enamorado de ti no?...y todo lo que creía que era se cayó y ya no entendí nada y paré todo, no quería arriesgarme a enamorarme de alguien que no lo estaba y poco a poco lo fui dejando, más por temor a salir lastimada. Creo que nuevamente lo lastimé y se alejó de mí por mucho más tiempo, años después nos volvimos a encontrar y retomamos la amistad y siempre hablamos de aquel amor que no fue. Y siempre recordamos aquellos besos y siempre fuimos la pareja perfecta en aquellas horas que pasamos juntos. A la distancia empezó a... no sè què fue lo que intentò, pero muchas veces sentimos nostalgia y hablamos mucho y cada vez que nos vemos nuevamente somos la pareja perfecta. Después de muchos años hemos entendido que es la única forma de tener el amor perfecto, solo por unas horas, para no aburrirnos el uno del otro y soportar nuestros cambios como una novedad. La última vez que nos vimos creí que me despreciarìa por mi cambio, por lo simple que me había vuelto, pero no fue así y aceptamos mutuamente que sí estábamos enamorados.