jueves, junio 04, 2015

MI PEQUEÑO SUPERHÉROE


Hace cinco años, no podía imaginar lo que sería de mi vida. Hace cinco años tenía una inmensa barriga que todos admiraban y que yo llevaba como quien lleva una tarea por cumplir.

Mientras armaba su cuarto, su cuna, su ropa pensaba en cómo sería y en cuando lo empezaría a querer como esas mamás que de solo ver su ecografía lloran como si se les hubiera muerto alguien.

Trataba de imaginar cómo sería su cara, su cabello veía las fotos de los bebés en los pañales, miraba su ropa tan pequeñita, su cuna, sus pequeñas almohadas y leía todos los días mis folletos sobre cómo haría cuando lo tuviera en casa.

Leí mucho sobre sus llantos y todos los trucos para calmarlo, leía sobre cómo hacerlo dormir en su cuna y evitar la muerte súbita, leí sobre cómo bañarlo, cómo arrullarlo para dormir, sobre cómo amamantarlo, me leí todos los tips que tenía que hacer hasta que cumpliera un año, luego los folletos se hicieron más resumidos. Todo sobre su niñez hasta los cinco años estaban en un solo folleto. Y yo me preguntaba ¿y qué más? Quería saber todos los detalles de lo que sería tener un hijo.

Poco me importó todo lo que leí sobre el parto, con todo lo que había aprendido creí que estaba lista para ese día, me intrigaba más el bebé.

Entre más se acercaba el día, más me inquietaba porque sabía que pronto lo vería durmiendo en esa cuna que tanto admiraba todos los días. Sin embargo, me preocupaba no poder sentir amor por ese bebé, solo sentía curiosidad por verlo.

Cuando llegó no podía creer que fuera para mí, lo miré muy cansada y lo escuché llorar pero era como si no fuera mío. Cuando llegó a mi cuarto vestido con su enterizo celeste a rayas me di cuenta que era muy bello, pero yo solo quería dormir. Conforme fueron pasando los días lo iba viendo cada vez más hermoso y cada vez lo sentía más mío. Hasta que llegó el día en que no me pude separar más de él.

Abrí los ojos a la maternidad y lo amé de una forma inimaginable y empecé a pensar lo que toda madre piensa de su hijo: Es tan perfecto.

Aunque yo quería una mujer mi bebé era el más perfecto de todos los bebés, dormía toda la noche, se dejaba bañar tranquilo, tomaba su leche tranquilo, tomaba sus siestas 02 veces al día. Entre más crecía más lo amaba y mi vida empezó a girar en torno a él. Cuando alguien llegaba a visitarme no me importaba lo que hablaran, mis ojos no se despegaban de él y me inquietaba que nadie mirara sus gracias.

Cada mes lo celebré en casa hasta que llegó su ansiado primer año, aunque él no entendía nada yo me desvivía en celebrar sus cumpleaños. Cada año lo celebré de la forma en que podía y este año no fue la excepción.

Hoy con cinco años me sigue impresionando esa pequeña personalidad que va formando y me sigue pareciendo tan perfecto. Me gusta que vea el Chavo conmigo, me encanta que diga sus frases ocurrentes, adora mis dibujos y yo lo adoro más a él.

Son cinco años en los que aprendí que todos podemos ser mamá cuando tenemos un bebé en brazos. Todos cometeremos los mismos errores, todos tenemos el mismo miedo pero cuando existe amor en un corazón puede nacer una MAMÁ.