lunes, mayo 25, 2009

Una amistad perdida

Cuando éramos niñas me mirabas y me buscabas como si yo fuera tu modelo a seguir, y aunque no me caías mal tú no eras el tipo de personas que yo elegía como amiga. Sin embargo, me fuiste envolviendo, me fuiste atrapando; me capturaste y me incluiste en tu vida, esa fue una característica que más adelante descubrí de ti, siempre que querías a alguien insistías tanto hasta que lograbas tenerlo a tu lado, sin importar la forma.
 
Yo acepté ser "tu mejor amiga", aunque en realidad detestaba esa palabra, desde la primaria no usaba esa palabra y la tuve que volver a emplear porque como tú la usabas te molestabas cuando yo decía que no tenía "una mejor amiga". Y así fue que fuimos las "mejores amigas".

La pasé bien contigo, cuando saliamos, cuando nos visitábamos y conversábamos pero...empecé a sentir mucha incomodidad cuando muy sutilmente hacías comentarios negativos sobre mí, sobre el color de mi piel, sobre mi cabello, mis manos...empezaba a dudar si aún eras mi amiga.

Yo te quise, a pesar de lo mal que te portabas conmigo te quise y trataba de protegerte. No me gustaba verte triste, si podía evitar algún comentario que sabía te haría mal lo evitaba, pero yo nunca sentí lo mismo de tu parte, fue muy confusa nuestra amistad.

Siempre decías las cosas que sabías podías guardártela para no crear problemas, dudaba de tu cariño en esos momentos y hasta llegaba a pensar que me odiabas.
 
Como aquella vez en que me dijiste que el chico que me gustaba (te dije el nombre después de tanto que me lo pediste porque según tú así me sentiría mejor) estaba con una chica y no contenta con ello repetías una y otra vez lo enamorado que le veía y lo bonita que era esa chica (en realidad no era tan bonita) menos mal que te mentí y no te dije que quien me gustaba era mi muchacho de los ojos tristes.
 
Pero cuando te conté que mi pobre muchacho de los ojos tristes me había dicho que estaba enamorado de mí me dijiste "seguro eso le dice a todas" y apenas estuvo con alguien me contaste que él estaba con una chica muy bonita y me dijiste "¿a ti no te importa no?" y yo "no claro que no" y tú seguías "nunca había visto a una chica tan bonita", lamentablemente la chica tan bonita estuvo con tu enamorado también, cosas de la vida, nunca más la volviste a mencionar.

Cuando tuve mi primer enamorado, uno que se enamoró de mí de verdad, también te enamoraste tú de él (aunque nunca lo admitiste) lo llamabas y le pedías que fuera a verte y yo sabía que también le gustabas, porque aunque lo haya querido o no, éramos muy parecidas y había lógica en eso y sabía que él iba a verte y te llamaba pero yo confiaba en ti y en él como siempre he confiado en todos, hasta que él por propia voluntad dejó de buscarte porque según sus palabras "no estaba bien que hiciera eso", en realidad a mí no me molestaba, me parecía normal porque cuando tú tenías enamorado él también iba a verme y sentía que le gustaba, claro que no más que tú a él como es lógico y sentía que en ese momento pasaba lo mismo, con la única diferencia que yo nunca te dije que tu enamorado iba a verme y que la gente decía que yo le gustaba, eso hubiera sido una tontería, era quedar mal con él y contigo por nada. Pero tú sí lo hiciste y hasta me pediste que le preguntará y hasta seguiste con el tema después sólo para saber si era cierto o no y claro con una frase más falsa que billete de 15 soles: "seguro es un gusto nada más" eso yo ya lo sabía.
 
A pesar de esas cosas yo te tenía mucho cariño y obviaba información que sabía podría molestarte como la vez en que tu novio (nadie sabía que era tu novio) le decía a mi amiga que yo le gustaba y que quería que la ayudara conmigo, era todo una broma y mi amiga te lo contó y tú te enojaste mucho conmigo por no habértelo contado. Claro como si yo fuera el tipo de chicas que anda enumerando a los tontos que se la pasan floreando chicas por allí, tú sí eras así, pero yo no y no había hecho nada malo para que te molestaras.

Cuando decidiste irte a vivir a otro país entristecí, te extrañé mucho cuando estuviste lejos que hasta olvidé nuestras disputas y pensé que sí volvías todo podría ser mejor...me equivoqué.

Todo el tiempo en que estuviste fuera yo cambié mucho, me volví algo rara y eso le gustaba mucho a los chicos y eso le gustó más a tu ex quien antes de ser algo tuyo fue amigo mio. Nos gustamos mutuamente pero nunca dejé que pasara nada por ti, porque seguramente a ti no te gustaría. Cuando volviste en lugar de que las cosas mejoraran, empeoraron, ya no podía soportar tu personalidad tan absorvente, querías que te visitara siempre y cuando no podía ir te molestabas, te molestabas si nuestros amigos en común me buscaban a mí primero y no a ti, te molestabas si no iba los sábados a tu casa más que una amistad parecía un noviazgo con tanta presión. Y no te soporté más.

Dejé de buscarte y te buscaste nuevas amigas a las que empezaste a etiquetar de "mejores amigas" y me llamabas y me decías "pero no te puedo contar porque no eres mi amiga" y la verdad es que esas cosas nunca me importaron, lo que me molestaba era esa personalidad enfermiza que ibas formando y a la que también me quisiste arrastrar, muchas veces me llamabas para conversar de "nosotras" y tratar de mejorar la "relación" y yo juro que lo intenté, lo intenté todo porque en el fondo todavía te quería algo.

Me porté mal en algunas ocasiones contigo, como cuando estuve con tu ex porque nos gustábamos mucho y porque ya ustedes no estaban desde hace cinco años y porque ya tú habías estado con otro chico...sé que hice mal pero no lo hice por molestarte en realidad nos gustábamos y pensé que lo tomarías como yo.

Estuviste con mi mejor amigo (yo ayudé un poco a eso) aunque era muy sabido que mi mejor amigo estaba enamorado de mí, yo siempre lo negué. Luego estuve yo con él porque nos enamoramos y porque fue él mismo quien te dijo que siempre estuvo enamorado de mí, así que pensé que sí eso tú ya lo sabías desde el principio esto no te afectaría. Me equivoqué.

Y fueron tantas cosas las que pasaron que cuando yo creí que todo estaría bien, te burlaste de mí junto a mi novio de aquel entonces. Aunque ahora justifico todo como un "me lo merecía por habértelo hecho primero", en realidad el haberlo hecho intencionalmente fue lo que nunca te pude perdonar, y aunque ahora nos hablamos de vez en cuando y cuando me quieres contar algo lo haces y yo opino, la verdad es que ya no te quiero y no es por rencor ni nada es sólo que lo que sentía por ti murió en su totalidad.